lunes, 29 de septiembre de 2008

La guinda del pastel

No pudo haber broche mejor a la temporada que lo del día 21 en Barcelona. En la ciudad a la que unos pocos se han empeñado en colgarle el título de ciudad antitaurina, José Tomás volvió a destapar el tarro de las esencias.

La química entre la ciudad condal y el diestro de Galapagar siempre ha sido muy fuerte. No es casualidad que fuese el lugar escogido por el torero para su vuelta a los ruedos el pasado año.

Y creo que es por aquí por donde hay que ver el significado que tiene este indulto. Indulto cuestionado por un sector de los aficionados, ya que el toro no tuvo un comportamiento extraordinario en todos los tercios de la lidia. Algo que, reglamento en mano es condición obligada para otorgar el indulto de una res. Pero no es menos cierto que "Idílico" no paró de embestir en la muleta de Tomás con entrega y celo.

La afición de Barcelona en mayor medida y la del toreo en general, necesitaban algo así. Un indulto es algo que puede suceder en una plaza, pero que no deja de ser un hecho aislado que acontece en momentos muy especiales. Y poniendonos el reglamento por montera, ¿alguien duda que aquellos que asistieron al festejo no sintieron estar presenciando algo fuera de lo normal? No estamos hablando de un indulto en plaza de tercera (algo que de hecho, el reglamento prohibe). El último precedente de esta plaza fue en 2001.

Hay que ver la magnitud del momento y valorar acorde con la sensibilidad del público que democrátiamente pidió el indulto. Estamos hablando de una afición que tiene que soportar lo que todos conocemos. Que ve como el hijo pródigo del toreo decide que ese sea el lugar para su vuelta. Que ese mismo hombre respeta y quiere a su afición y que hace posible volver a ver el "no hay billetes en la Monumental". Y así, un 21 de Septiembre, esa afición se encuentra presente en la plaza viéndole de nuevo. Cerrando la temporada en plaza de peso y ante un toro que no para de embestir. Y embiste y embiste... Y José no para de torear. Y toréa, y toréa...

El indulto de "Idílico" no es, sino la muestra del amor de la afición de Barcelona por un torero que les ha devuelto la afición y las ganas de volver a la plaza en tiempos difíciles. Y del compromiso y entrega de ese torero hacia ese público que le estará eternamente agradecido.

Barcelona se merece una feria...Y los taurinos merecemos Barcelona.

viernes, 12 de septiembre de 2008

Un pase de José Tomás




La siguiente imagen nos la envía el amigo Juan Ruíz Tortosa. Corresponde a un cuadro realizado por él mismo, inspirado por un muletazo del diestro de Galapagar. Además de pintor, por descontado es aficionado del mundo del toro y seguidor y admirador del arte de José Tomás.

Juan ha escrito artículos que han sido publicados en blogdetoros.com

Muchas gracias por compartir tu arte con nosotros.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Yo me quedo con ustedes



Rabia e incredulidad mezcladas con una gran dosis de perplejidad y nauseas. Flojera, impotencia, dolor... Y ante todo verdadera lástima y vergüenza por lo salvaje de la sociedad tan moderna en la que creemos vivir.

El pasado día 5, nos enteramos que unos vándalos habían profanado la tumba del maestro salmantino Julio Robles. Sobre las paredes del panteón en el que descansa eternamente derramaron pintura roja e inscribieron la frase "toreros asesinos". Además, se conoce que estos individuos, no contentos del todo con su obra, hurtaron del lugar un busto con la imagen de Julio.

Y yo me pregunto, ¿por qué?. ¿Qué mueve a un ser humano a cometer estas atrocidades?. ¿Como puede alguien llegar a semejante bajeza de espíritu?

El acto perpetrado no es, de ninguna de las maneras, una protesta o llamada de atención reivindicando algo. Lo que es, lo único que es, es una salvajada que denota unos síntomas muy alarmantes de falta, no de respeto, sino de humanidad. Y de cobardía. ¿Qué hay más cobarde que el meterse con un muerto?

Hay que ser muy radical y estar muy enfermo para llegar a lo que estos impresentables han llegado. Nos acusan de asesinos porque matamos animales. Nos tachan de insensibles y sádicos por nuestro amor a la tauromaquia. Dicen que somos escoria y que les damos asco. Que somos unos atrasados y que estamos condenados a desaparecer. Y que les damos tanta verguenza que sienten desprecio por los seres humanos.

Todo lo que dicen y defienden. Todas estas acusaciones y juicios de valor. Absolutamente todo, lo dicen desde la más profunda de las ignorancias y sin conocer ni un ápice de lo que realmente es el mundo de los toros. Mundo que sin duda alguna es parte de la tradición y cultura de este país. Sin saber siquiera sus orígenes, su evolución, sus ritos, su importancia cultural y artística a lo largo de la historia. Obviando su peso económico y omitiendo por comleto la parte ecológica de la fiesta.

Esta gente se coloca a sí misma el título y la bandera de amante de los animales. Pero sus argumentos y su palabra tachan de enemigo a todo aquel que no piense como ellos. Tienen un discurso tan agresivo como cerrado. Y el que no come esto o el que hace eto otro es un ser primitivo. Porque, desde luego, el hombre está al mismo nivel que los animales.

Lo cojonudo del tema es que me parece que no es que lo pongan al mismo nivel. Es que lo ponen por encima constantemente. Y digo yo. Si ellos quieren estar en el mismo saco con los animales, adelante, pero ¿por qué narices me quieren meter a mí?. Cada cuál tiene derecho a elegir donde quiere estar, y si ellos quieren estar con las bestias, pues muy bien. Pero yo no! Yo siempre me quedaré con las personas. Por la educación que he recibido, el hombre es un ser que está por encima de las demás criaturas. Tiene una serie de características que ningún otro ente poseé y que les diferencia del resto. Hay muchas formas de llamarlo: alma, psique, moral, conciencia... Y a los animales hay que trataros con respeto, pero como lo que son: animales.

Y mi moral o conciencia me dicen que a mí me preocupa bastante más que mi país no se vea afectado por una crísis económica que traiga paro a los hogares a que halla animales en los zoos o en un circo. Me preocupa más el fenómeno de la inmigración que el que, en no se que pueblo hacen algo con un burro un día al año. Y me preocupa el dejar un planeta habitable a las futuras generaciones, pero mediante el desarrollo de nuevas tecnologías que den trabajo e inversiones. No mediante la involución que estos personajes parecen buscar.

Y en mi planteamiento, la fiesta de los toros tiene cabida, no solo por mi afición. Sino porque como ya he dicho, es parte de la cultura de mi patria, es una expresión del arte, sustenta a muchísimas familias, es respetuosa con el medio ambiente y genera unas sensaciones que guardas en lo más profundo del corazón por siempre.

Si por ello el día de mañana alguien quiere entretenerse en venir a teñir de rojo mi lápida, que no se preocupe, que la encargaré en burdeos e inscribiré: Carlos Gracia Cancer, aficionado a los toros y admirador del ser humano.

A don Julio Robles, descanse en paz.